¿Por qué las rabietas son tan comunes en la etapa de los 2 años?

¡Las rabietas! Ese momento tan desafiante que suele marcar la famosa etapa de los terribles 2. Pero, ¿por qué ocurren las rabietas? Desde un enfoque Montessori, esta etapa no se percibe como un problema, sino como una fase de transición natural en el desarrollo del niño(a). Aunque llena de desafíos, esta etapa está profundamente ligada al crecimiento emocional, cognitivo y social del bebé.

¡Las rabietas son una oportunidad de aprendizaje!

Contrario a la visión negativa de las «terribles rabietas», Montessori nos invita a ver este momento como una oportunidad para que los niños(as) exploren su mundo, aprendan a expresarse y desarrollen su autonomía. Cambiar nuestra perspectiva sobre esta etapa es el primer paso para acompañar mejor a nuestros pequeños en su proceso de crecimiento.

¿Qué está pasando en la mente de un niño(a) de 2 años?

A los 2 años, los niños(as) están en pleno proceso de exploración y autoafirmación. Es una etapa donde todo es un intento: Intentan comprender su entorno, intentan hacer cosas por sí mismos(as) y expresar lo que sienten. Es totalmente normal que se frustren cuando las palabras no salen o cuando no pueden hacer algo como lo desean.

En esta etapa, la autonomía es esencial, y los niños(as) necesitan tener la oportunidad de hacer las cosas solos(as) para desarrollar confianza en sus habilidades. Cuando no pueden hacerlo o se sienten incapaces, las rabietas pueden surgir.

¿Por qué surgen las rabietas y cómo podemos ayudar?

Las rabietas en la etapa de los 2 años son el reflejo de un deseo profundo de independencia. Los niños(as) quieren hacer las cosas por sí mismos(as), pero no siempre tienen las herramientas o el lenguaje para hacerlo, lo que genera frustración. Como adultos, nuestra tarea es acompañarlos(as) con empatía y paciencia mientras trabajan en sus emociones y habilidades.

En lugar de intervenir rápidamente o frustrarnos por sus reacciones, podemos comenzar a observar sus necesidades y prepararnos para ayudarles a expresar lo que sienten. Es clave anticipar situaciones que puedan generar frustración y ajustar el entorno para fomentar su autonomía, lo que disminuirá las rabietas.

Adaptar el entorno para fomentar la autonomía del niño(a)

Un aspecto fundamental en la pedagogía Montessori es respetar el ritmo del niño(a). Esto implica preparar el entorno para que el niño(a) tenga acceso a las herramientas necesarias para hacer cosas por sí mismo(a) de manera segura. Por ejemplo:

  • Materiales accesibles: Proveer juguetes y materiales que fomenten la independencia en actividades como vestirse, comer o jugar.
  • Espacios organizados: Mantener el hogar o espacio educativo ordenado y accesible para el niño(a), permitiéndole moverse con libertad.
  • Rutinas predecibles: Los niños(as) se sienten más seguros cuando las rutinas diarias son claras y comprensibles. Esto les da un sentido de control sobre su mundo.

La importancia de cambiar las expectativas como adultos

Es importante que los adultos cambiemos nuestras expectativas durante esta etapa. El niño(a) no está siendo «terrible», está explorando su mundo, aprendiendo a manejar sus emociones y buscando autonomía. Respetar ese proceso de aprendizaje es clave para su desarrollo y nuestra relación con él/ella.

Cómo preparar emocionalmente el entorno para los desafíos emocionales

Para lidiar con las rabietas, necesitamos también estar emocionalmente preparados. Observar, anticipar y adaptarnos a las necesidades del niño(a) es lo más efectivo. También es crucial no forzar a que hagan cosas que no están listos para hacer y brindarles tiempo para aprender a manejar sus emociones.

Como nos dice Silvana Montanaro: “Los períodos de crisis son propicios para el cambio, no solo en los niños, sino en todos los que participan en ellos”. Las rabietas son, en realidad, una oportunidad de transformación, no solo para el niño(a), sino para todos los que lo acompañamos.

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